En la Fórmula 850 el angosturense Fernando Ávila ganó las dos finales, tras largar de atrás en la primera, ya que en la clasificación optó por cuidar un poco más en un trazado barroso, pero en las carreras decisivas no tuvo inconvenientes y se quedó con la victoria.

Darío Paredes (logró la pole) y Eduardo Pérez (líder del certamen) fueron grandes rivales, de hecho este último peleó casi hasta el final en la última carrera por arrebatarle el triunfo, pero a dos vueltas para el cierre volcó luego de pasar por la curva tres y no pudo continuar. Ávila, Paredes y Matías Cárdenas que heredó la tercera posición tras el vuelco de Pérez, integraron el podio de los “fititos”.     

En la TN 1100 Sebastián Muñoz dominó con autoridad la cuarta fecha, y en lo que ya es una sana costumbre para él desde que se sumó al campeonato en la segunda fecha, se quedó con la victoria sin inconvenientes. Quien estuvo más cerca pero no le alcanzó fue Miguel Lastra, que igualmente se llevó un gran segundo puesto. El podio lo completó Alejandro Garmendia.

Además del vuelco de Pérez, en la primera final de la TN 1100, Eduardo Chávez volcó su Fiat en la zona de los mixtos, en un duro golpe que destruyó gran parte de la máquina, con humareda de por medio y un gran susto, pero afortunadamente el piloto no tuvo consecuencias físicas, misma situación que Eduardo Pérez, que terminó ileso.  

La lluvia que se hizo presente principalmente en la primera parte del domingo hizo que el público bajará en concurrencia considerablemente en relación a las fechas anteriores, aunque por el Rebenque, las cuatro finales se corrieron sin precipitaciones y con un piso bastante más seco que en el arranque, de hecho en la última carrera, la tradicional polvareda del trazado barilochense ya se hacía notar.